TEXTO:          HAGEO 2.20-23

TEMA:            HAGEO NOS REVELA EL FUTURO DE LA HUMANIDAD INTRODUCCIÓN:

Un terrible terromoto de 7,3 grados, en el Norte de Japón activa las alertas de Tsunami. El fuerte sismo tuvo una profundidad de 60 kilómetros bajo el mar. Según testigos el sismo no solo se sintió al norte del país, pues los edificios ubicados en Tokio se balanceaban de un lado para otro. ¿Cuánto daño puede ocasionar un terremoto? ¿Una guerra como la que se está viviendo entre Rusia y Ucrania? Son inmensos ¿Verdad? Todo esto son simplemente pequeñas semejanzas de lo que Hageo nos muestra que sucederá a la humanidad

El tema que estudiaremos hoy es: Hageo nos revela el futuro de la humanidad

1. HABRÁ UNA GRAN AGITACIÓN UNIVERSAL

20 Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo: 21 Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra;

 Yo haré temblar los cielos y la tierra (v. 21). “Los cielos y la tierra” es un modismo hebreo que se refiere a la totalidad de la creación.

En este versículo, Jehová no ofreció decir ni cuándo ni cómo sucedería eso, pero el lenguaje se refiere al día del Señor, Quiere decir que la totalidad del universo será afectada por la segunda venida y actuación del que ahora sostiene “todas las cosas con la palabra de su poder”.

La actuación de Dios en el porvenir estará totalmente de acuerdo con su carácter y la manera en la que ha actuado durante la historia pasada. El diluvio, el fuego sobre Sodoma y Gomorra, el exilio, la caída de Jerusalén, etc. Son similares a la gran agitación universal que anunciará la llegada de la nueva creación.

Él hará lo necesario para que todo el universo cumpla con su propósito de glorificar el nombre de Dios. Habrá terremotos, habrá temblores, catástrofes, huracanes, pero todo esto solo son sombra de lo que realmente sucederá, será un día terrible para aquellos que no se han arrepentido de sus pecados y no han querido creer y seguir a Jesús.  

Mateo 24:6–8 (RVR60) — 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. 

2. TODOS LOS REINOS SERÁN DESTRUIDOS

Hageo 2:22 (RVR60) — 22 y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano. 

Hageo 2:22 (TLA) — 22 Voy a acabar con el poder de los reyes; pondré fin a su reinado, destruiré sus carros de guerra y sus caballos, y los jinetes se matarán unos a otros. 

En Hageo 2.22 La profecía va dirigida a la destrucción de todos los reinos que viven alejados de Dios.

Los gobiernos, símbolo del poder político y militar, serán trastornados, serán destruidos.

Hay dos énfasis que llaman la atención. 

El primero es que Dios destruirá las sedes de poder260 y se deshará de toda la oposición desde su origen.

Se destruirá “el poder de los reinos de las naciones”.

Daniel 2:44–45 (NVI) — 44 »En los días de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos. 45 Tal es el sentido del sueño donde la roca se desprendía de una montaña; roca que, sin la intervención de nadie, hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, a la plata y al oro. El gran Dios le ha mostrado a Su Majestad lo que tendrá lugar en el futuro. El sueño es verdadero, y esta interpretación, digna de confianza.

El otro énfasis es que Dios quitará toda manifestación específica de estos poderes, que se simbolizan con caballos, carros y jinetes (quizás es una alusión a Éxodo 15:1, 4, 19, 21).

En el versículo 22 Jehová indicó que los símbolos del poder militar (maquinaria bélica (caballos) y soldados) también serán destruidos. Esto nos hace recordar un acontecimiento de la historia de los judíos, el famoso y milagroso cruce del mar Rojo.

Cuando los hijos de Israel hubieron cruzado, Dios mandó a Moisés que levantara su vara sobre el mar. El retorno de las aguas a su nivel natural atrapó a los egipcios.

Éxodo 14:28 (RVR60) — 28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. 

La referencia a los ejércitos, que se destruyen los unos a los otros, nos recuerda a Ezequiel 38:21, donde Dios y Magog se volvieron el uno contra el otro, y a la visión de Zacarías de un conflicto parecido al final de la historia.

Ezequiel 38:21 (RVR60) — 21 Y en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano. 

Zacarías 14:13 (RVR60) — 13 Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. 

Es fácil dejarse intimidar por la secularización progresiva en el mundo, la gran injusticia que vivimos, el rápido desmantelamiento de nuestra herencia cristiana y el desprecio incesante de los medios de comunicación hacia el cristianismo bíblico.

No obstante, no debemos desanimarnos ni asustarnos, porque pronto todo esto terminará

3. AL FINAL REINARÁ EL MESÍAS

23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos. 

  1. En aquel día”. Es una referencia al día del Señor, un día que todavía está en el futuro, en el cual se llevará a cabo todo lo que Dios dijo que haría contra los gobiernos y su poder militar.
  2. Será el día, esperado ya por siglos y siglos, en que volverá el Mesías de Israel para establecer su reino sobre la tierra.
  3. Es interesante que el versículo 23 no empezó diciendo “en este día”. El día aludido no había llegado todavía, ni estaba por llegar en los días de Zorobabel, sino en un tiempo futuro.
  4. “Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío”. Se recordará que estos últimos versículos se dirigían al gobernador, siempre identificado con el linaje de David. Sin embargo, se introduce aquí algo nuevo: “siervo mío”. La frase implica una relación muy estrecha entre el amo (en este caso Jehová) y el individuo.
  5. El siervo se quedaba cerca del amo, siempre listo para cumplir con cualquier demanda, por exigente que fuera. El siervo conocía muy bien a su amo, así como sus gustos y deseos, y estaba dispuesto a hacer cualquier sacrificio que la situación demandara con tal de poder complacer al amo. No todos los dirigentes políticos de la nación gozaron de ese elogio.
  6. El profeta Isaías, bajo la dirección del Espíritu Santo, utilizó el término “siervo” para describir al Mesías mismo (Isaías 40–44)
  7. “Te pondré como anillo de sellar”. El anillo con el sello real tenía gran importancia en aquel entonces y en aquella cultura.

Era un anillo que tenía un diseño único que podía dejar su impresión en las tablillas de barro antes de secarse, o en la cera suave.

La impresión identificaba la tablilla o el documento como oficial, y llevaba toda la autoridad del dueño del anillo, usualmente un monarca

Aquí hace referencia al reinado del Mesías, cuando al final aparezca en las nubes la señal de su regreso, Cuando todo pasará y viviremos bajo su reinado. 

Mateo 24:30–31 (RVR60) — 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,

con poder y gran gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. 

APLICACIÓN: ¿Te estás preparando para no tener que sufrir la catástrofe que vendrá a la humanidad? Puede suceder en cualquier momento. Lo único que salvará a la humanidad es arrepentirse de sus pecados y poner su confianza en que Cristo nos ayudará. 

Ps. Jessica Alzamora


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