TEXTO: JUAN 4.1-26. MIERCOLES 9-08-2023. Ps. Jessica Alzamora

INTRODUCCIÓN: Evangelizando a la manera de nuestro Señor Jesucristo, es la serie que empezaremos a estudiar hoy, estudiaremos varios ejemplos de Cómo evangelizó nuestro Señor Jesús. Lo primero que debemos entender es la ubicación geográfica de los samaritanos. En cualquier atlas bíblico del Nuevo Testamento podemos ver que en los tiempos de Jesús Israel estaba dividida en tres regiones: Judea en el sur, Galilea en el Norte y Samaria que ocupaba la zona central en medio de las dos. Estas divisiones reflejaban las grandes diferencias culturales y religiosas que había entre judíos, samaritanos y galileos.

I           JESÚS INICIA LA CONVERSACIÓN DE UNA MANERA NATURAL

 

Juan 4:7 (RVR60) — 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.

 

  1. Jesús fue quien comenzó la conversación. Y curiosamente lo hizo pidiéndole un favor: “Dame de beber”.
  2. Jesús Inició la conversación de una manera espontánea y natural. Aprovechó la oportunidad para hablarle a la mujer samaritana. Ahora podríamos decir: Por favor ¿me podría dar la hora?. O ¿Conoce usted tal calle? ¿Conoce usted tal lugar? ¿Qué le parece la situación que está viviendo el país?.  

No cabe duda de que en ese momento la mujer se sintió importante. Es notable observar cómo Jesús se acercaba a los hombres y mujeres con toda humildad, no buscando impresionar a las personas con su majestad y gloria.

II          JESÚS HIZO A UN LADO LAS BARRERAS CULTURALES Y SOCIALES Y SE ACERCÓ A LA MUJER SAMARITANA      

Juan 4.9ª “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?”

 

  1. En la respuesta de la mujer se percibe inmediatamente la desconfianza reinante entre judíos y samaritanos.A esto hay que añadir las diferencias de sexos, porque la samaritana deja también claro que ella era “mujer”. Y si esto no fuera suficiente, Jesús se saltó los convencionalismos sociales que eran propios de aquella cultura y que prohibían que un rabino judío pidiera algo a una mujer.[1]
  2. Lo primero que la mujer percibió es que este judío no era como los demás. Él sí que estaba dispuesto a acercarse a los “odiados samaritanos” y tener trato con ellos.
  3. Debemos dejar a un lado cualquier tipo de barreras y tener un acercamiento genuino con la gente

III         JESÚS PARTE DE UNA REALIDAD MATERIAL A LA REALIDAD ESPIRITUAL

 

Juan 4:10 (RVR60) — 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; ……..

  1. Jesús Comienza diciéndole: “Si conocieras…”. Hay cierto toque de misterio que tiene como finalidad causar curiosidad en la mujer y hacerla reflexionar. ¿Cuál es el don de Dios? ¿A qué don se refiere?

 

Es una forma de animar a la mujer para que haga más preguntas y se siga interesando por lo que Jesús le quiere decir.

 

  1. De esta manera, partiendo de algo material o conocido como el agua, el Señor comienza a hablarle acerca de las realidades espirituales: “el don de Dios” y ” Quién es Él”.
  2. Por último Jesús le habla de sí mismo:

Juan 4.10B…”si conocieras quién es el que te dice: Dame de beber, tu le pedirías y Él te daría agua viva”.

Aunque ella no tenía ni idea, Jesús, quien en aquellos momentos estaba hablando con ella, es el regalo de Dios al mundo pecador.

En él, Dios ha manifestado toda su gracia, misericordia, justicia, perdón, santificación… a favor de los hombres.[2]

  1. Al considerar a simple vista la actitud de la mujer, podemos sacar una opinión muy pobre de ella, pero si lo pensamos bien, así es constantemente con el ser humano. Nos negamos a darle a Dios lo que por derecho le corresponde de nuestras vidas, pero aun así él sigue buscándonos para ofrecernos su regalo precioso, el “agua viva”.
  2. ¿En qué consiste esta “agua viva”? Bueno, el pozo de Jacob Era una especie de cisterna con agua buena, pero en ningún caso podría compararse con el agua de un manantial que brota constantemente fluyendo siempre fresca.
  1. Aunque, por supuesto, todo esto era simplemente una ilustración de las verdades espirituales que Cristo quería compartir con la mujer y que finalmente apuntaban a la vida eterna con todas sus bendiciones inagotables.
  1. En cualquier caso, es importante notar también que aunque esta “agua viva” está a la disposición de todos los hombres de forma totalmente gratuita, sólo aquellos que la piden se podrán apropiar de ella.
  2. La mujer no comprendió el lenguaje espiritual que Jesús estaba utilizando.

Juan 4:11 (RVR60) — 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?

 

  1. Para ella Jesús era un judío necesitado, cansado, con las manos vacías, sediento… ¿Qué podía ofrecerle? Por el contrario, ella era una mujer autosuficiente, que contaba con los recursos necesarios para ayudarle a él a calmar su sed.
  2. La mujer sólo veía en Jesús a un viajero desvalido, sin medios para sacar agua del pozo y calmar así un poco su sed. Hoy, igual que ayer, los hombres se sienten autosuficientes, creen que no necesitan a Dios, y que en tal caso, si llegaran a creer en él, serían ellos los que le harían un inmenso favor a él.

IV        JESÚS CREÓ UN INTERÉS EN LA MUJER SAMARITANA           RESPECTO A LO QUE LE DIJO

 

  1. Parece que en este punto la mujer estaba empezando a percibir una autoridad inusual en Jesús y quizá por eso adoptó una actitud defensiva:

Juan 4:12 (RVR60) — 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?

 

  1. Pienso que la Samaritana en este punto ya se está preguntando ¿Quién es Jesús?

V         JESUS LE PRESENTA LA VERDAD DEL EVANGELIO

Juan 4:13–14 (RVR60) — 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

  1. La respuesta del Señor deja fuera de toda duda que Él era infinitamente mayor que Jacob.
  2. Lo primero que hace es mostrar a la mujer que el agua del pozo que Jacob les había dado, no lograba calmar definitivamente su sed. En realidad, Jacob era un hombre y todo lo que podía darle eran cosas materiales, como el agua, que nunca puede dejar plenamente satisfecho al hombre.
  1. El alma humana tiene necesidades profundas que nada material puede saciar. Por eso muchos buscan tener varios amigos, las drogas, el dinero, los placeres, el alcohol, pero nada puede satisfacer la sed espiritual.
  1. Cada vez necesita más cosas y experiencias más fuertes para llenar el vacío que constantemente está creciendo en él.

Todos nosotros deberíamos recordar siempre las palabras de Jesús: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed”. Es obvio que Jesús enseñó que hay otra agua y otra sed. ¿Cuál es?

  1. En este punto de la conversación, la mujer tuvo que pensar necesariamente en su propia experiencia: ¿Acaso se sentía satisfecha con su vida? ¿No encontraba que su alma cada vez estaba más sedienta? ¿No era cierto que la religión le había dejado vacía y frustrada sin dar respuesta a sus necesidades espirituales? Allí estaba ante el pozo del patriarca Jacob, ¿y de qué le había servido beber de ese agua por tanto tiempo? ¿En qué había cambiado su vida?
  2. Una vez mostradas las limitaciones de lo que Jacob, o cualquier otro hombre puede ofrecer a sus semejantes, el mismo Señor hizo su ofrecimiento:

Juan 4:14 (RVR60) — 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

 

  1. Cristo hace aquí una promesa universal, ya que sólo él puede satisfacer la sed espiritual del hombre. Aunque esto no ocurrirá hasta que confiemos en Él y nos arrepintamos de nuestros pecados.

Así pues, frente a las aguas estancadas del pozo de Jacob, el Señor ofrece un manantial de agua saltando. Como más adelante explicó, se estaba refiriendo al Espíritu Santo que Él daría a todos los que creyeran en Él:

Juan 7:37–39 (RVR60) — 37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

Y esta oferta sigue estando vigente para todos los hombres y mujeres en cualquier parte. Así nos lo recuerda también el libro de Apocalipsis justo al terminar:

Apocalipsis 22:17 (RVR60) — 17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

 

CONCLUSION:

I           JESÚS INICIA LA CONVERSACIÓN DE UNA MANERA NATURAL

II          JESÚS HIZO A UN LADO LAS BARRERAS CULTURALES Y SOCIALES Y SE ACERCÓ A LA MUJER SAMARITANA           

III         JESÚS PARTE DE UNA REALIDAD MATERIAL A LA REALIDAD ESPIRITUAL

IV        JESÚS CREÓ UN INTERÉS EN LA MUJER SAMARITANA           RESPECTO A LO QUE LE DIJO

V         JESUS LE PRESENTA LA VERDAD DEL EVANGELIO

 

[1] https://www.escuelabiblica.com/estudios-biblicos-1.php?id=116

[2] https://www.escuelabiblica.com/estudios-biblicos-1.php?id=11

Categorías: Sermones

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